Si, estoy, aunque tarde siempre llego
a las cosas que no me importan, y más
a las que sí, y cuando llego, estás
con muchas ganas de prenderme fuego.
Y yo quiero explicarte que no juego,
que yo soy así, pero vos siempre vas
a reprocharme lo mucho que esperás.
Que siempre el tránsito, que si mi ego.
Que sólo importo yo, que qué más quiero
Pero... -Pero nada, me voy, y otro día,
tres horas a la lluvia no te espero-.
¡Dos horas y tres cuartos alma mía!...
Ya me quedé hablando solo y en cueros.
Bueno... a ver si la cosa se enfría.